SOBRE EL LAVADOS DE PAÑALES

Algunas de las preguntas más frecuentes cuando hablamos de pañales de tela son: ¿Cómo se lavan? ¿Se sigue haciendo a mano como era hace 20 o 30 años atrás?¿Debo o no dejar en remojo? ¿Cómo disponer los pañales hasta que sean lavados? entre otras. En este apartado te responderemos estas preguntas.

Encontrar una rutina de lavado que se adapte a nosotros a veces parece una tarea difícil. Depende de cada lavarropas, o si lavamos a mano, el tipo de agua y en consecuencia el tipo de jabón más adecuado, la cantidad de pañales, entre otras variables. Pero no es algo imposible de lograr y, en el caso de que falles, puede solucionarse; los pañales no se pierden.

La primera recomendación general es asegurarse de que el enjuague salga libre de jabón, sin burbujas, independientemente si el lavado es a mano o en lavarropas. Esto nos asegura que no queden restos de jabón que con el tiempo se puedan acumular y  causar alergia o impermeabilizar el pañal.

La segunda recomendación es usar el jabón adecuado según el tipo de agua. Si tenés agua dura (con minerales, sarro), debés que usar jabón en polvo que ya trae incorporados ablandadores. Si tu agua es blanda podés usar jabón líquido o en polvo. Otro punto a tener en cuenta es que no tenga agregados de suavizantes ni “fragancia extra”. Esto puede ocasionar irritaciones y olores en los pañales.

Si tenés agua dura, no dejes en remojo o hagas lavados sin jabón, puesto que ésto sólo fijaría minerales del agua en las telas y nuevamente causaría la impermeabilización.

Otra duda es cómo disponer los pañales a la espera de ser lavados. En verano hay que tener más precauciones que en invierno, porque tal vez algún insecto se acerque a nuestro balde y no queremos encontrarnos con sorpresas en los pañales. Lo ideal es que sea un recipiente que no quede completamente cerrado ni que tenga grandes agujeros donde puedan entrar moscas. Si tenemos un balde sin tapa podemos colocar algún trapito para taparlos y que no queden a disposición de los insectos. Si tenemos un tacho con tapa, apoyemos la tapa y no lo cerremos completamente porque al quedar cerrado, la misma humedad puede generar hongos.

En cuanto a la temperatura del agua del lavado,  debe ser fría. El agua caliente puede producir deterioro en los elásticos o en los colores de las telas.

No es necesario agregar nada extra en el lavado. Podemos usar como desinfectante un chorrito de vinagre blanco pero no para el lavado diario debido a que afecta a los elásticos o el pul. Otra opción es el uso de unas gotitas de aceite de tea tree que tiene propiedades antimicrobianas. No es recomendable usar lavandina,  suavizantes ni perfumes. 

El programa del lavarropas elegido varía mucho de familia a familia. Están quienes prefieren hacer un lavado corto y otro largo, un lavado largo y un enjuague extra, o sólo un lavado largo. Nosotros particularmente usamos un lavado largo con prelavado con jabón en polvo ya que tenemos agua dura.

Los pañales no deben tener ningún olor al salir del lavarropas: ni a pis, ni a jabón. En el caso de que notes que tus pañales comienzan a tener olor a zorrino (literalmente es olor a zorrino o a amoníaco muy fuerte) esto nos indica que en algún momento de la rutina se falló. Pero la buena noticia es que hay solución. Comúnmente se llama sopa de pañales y su objetivo es hacer una limpieza profunda y en caliente para eliminar los restos de minerales y jabón que ocasionan el olor. Una forma de hacerla es colocar en un balde grande o bañera agua muy caliente con un chorro de detergente y los absorbentes -ya lavados-; luego removemos un poco. Una vez que la temperatura baje un poco se pueden agregar los ajustados (no antes porque se dañarían los elásticos) y por último los que tengan pul. Al otro día, los escurrimos y realizamos lavado en lavarropas sin agregar más jabón; se lavan sólo con el detergente que tengan del remojo. Es importante revisar qué hacemos mal en la rutina para corregirlo y no tener que volver a hacer la sopa.